En cámara lenta: (recuerda, en cámara lenta) el momento en que la plateada y pulida punta del misil esta a casi un centímetro de impactar contra el cemento de la sucia azotea del edificio en medio de las luces de la noche, o el momento en que la dorada y limpia cabeza de la bala está a meros milímetros de la suave y penetrable piel en la cien del individuo.

Cuando todo vuelve a lo medular, cuando no se logra hallar sentido, porque se cree que "entonces, ¿de qué vale?", pienso que es acertivo ir a lo más básico aún: lo que sientes. No me refiero ni a los cuentos de hadas ni a Paulo Cohelo, si no a la simplicidad de las cosas que te hacen sentir bien, cuando la razón es sólo "porque te hace sentir bien", no importa si te das cuenta que al final tal cosa no sirve de nada, o que somos organismos sin real sentido que simplemente vagan en un corto y determinado espacio de tiempo y que no tendrán real relevancia en la historia, y/o que esa historia tampoco importa porque con el tiempo pierde valor. Quizás eso es válido, pero si ello te quita las ganas, recuerda que cuando haces o buscas algo, es porque te gusta y te hace sentir bien. Sí, es sólo un pequeño sentimiento de un pequeño individuo, que siendo una gota en el mar, no tiene importancia, ¿pero qué? si esto o aquello te hace sentir bien, por mi está genial, es quizá lo único que queda.